Territorio ZEMANSKI
Cuaderno de notas
miércoles, marzo 26  

La delgada línea roja

colateralEstoy hasta las narices de toda la legión de hipócritas que se hacen llamar pacifistas y defensores de las libertades y que luego combaten luchando con más violencia que aquellos a quienes dicen repudiar. No hay injusticia ni demagogia más barata que la de aquellos que combaten el fuego con fuego. Como dije en un artículo anterior, es muy sencillo y muy peligroso repudiar a alguien por represor y acabar siendo más fascista y antidemócrata que nadie.

Estoy harto de que en estos días funestos, algunos de los que dicen combatir la postura beligerante de España en Iraq lo hagan a través de barricadas, pintadas, rotura de escaparates, incendios y devastación de mobiliario urbano, aunque para ello se salten a la torera y salvajemente las libertades de otros ciudadanos. Por supuesto, huelga decir que la gran mayoría de la población está en contra de esta intervención y así se lo ha demostrado al Gobierno, en la calle, mayoritariamente a través de protestas pacíficas, como debería ser siempre. Me llena de orgullo presenciar todas esas manifestaciones espontáneas en contra de una postura que, como yo, no comparte una gran mayoría de los españoles, a pesar de que el Gobierno se empeñe en mostrarnos únicamente a los manifestantes radicales. Hasta ahí bien, es más, estupendo.

Pero aparte de esta hay otra realidad. La de esos que se dicen demócratas, progresistas y defensores de las libertades y que luego montan un circo cada 100 metros para "defender" sus causas, aunque para ello tengan que entrar en las escuelas y adoctrinar a críos de instituto con sus mentiras y luego soltarlos por las calles como borregos que no saben a quien sirven, mientras enarbolan banderas como las de la Anarquía, el Comunismo o la República. Esos mismos instigadores son los que, a pesar de su beligerancia en pos de la paz (qué gran contradicción), no han salido nunca a la calle cuando sus idílicos modelo de gobierno practicaba el terrorismo más totalitarista, tanto en Cuba o la Unión Soviética, como en Chechenia o Afganistán. Sus mártires por la causa son candidatos constantes a los premios Nobel de la Paz y la concordia: Castro, Chavez... Estoy harto de que se manipulen todas y cada una de las manifestaciones del pueblo bajo banderas interesadas, y que ya nadie pueda manifestarse sin la cobertura de una ideología concreta.

Estoy harto de que los partidos de la oposición, esa que se supone que debe librarnos en caso de necesidad de un modelo agotado, sean peores que los que están. Que se dediquen a participar y apoyar indirectamente esos mismos actos violentos buscando rédito popular, que tiren piedras a las sedes del partido contrario pidiendo democracia, como el energúmeno más descerebrado, y que además provoquen a las fuerzas del orden público para después aparecer en la foto como los pobres indefensos ante la tiranía de la policía. Represión y tortura, los recursos más habituales entre los mártires interesados de la causa. Me dan ganas de vomitar. Estos días, como alguien decía recientemente, la izquierda española se divide en dos grupos: quienes asaltan las sedes del PP y quienes justifican que las asalten. Muy progresista, sí señor. Me indignan sobremanera aquellos que se dejan la boca ladrando en pos de la democracia y luego no permiten la libre expresión de quienes están en el otro bando ejerciendo una labor política. Tenemos toda una alternativa coherente y democrática preparada para cuando el PP no esté.

Me repugnan aquellos que llaman asesinos a políticos del partido contrario (incluso en sus páginas web oficiales) y después van del brazo de los genocidas del País Vasco. Todos esos que no han estado en ninguna manifestación llamando asesino a Otegi o Arzalluz. Es como si Aznar saliera a la calle de la mano de Ynestrillas o los Ultrasur, pero claro no pensemos eso, sigamos ciegos en pos de lo políticamente aceptado: sólo quienes se hacen llamar progresistas pueden serlo. De cajón.

Me dan asco los niñatos manejados como marionetas manifestándose en tanganas de adolescentes descerebrados en pos de ideales que no saben defender ni comprenden, esos que ejercen de piquetes informativos destrozando todo cuanto encuentran a su paso, llamando asesinos a los alumnos que tienen el mismo que derecho que ellos a asistir a clase o que se dedican a luchar contra las "fuerzas opresoras" y con esa misma excusa entran en El Corte Inglés a desvalijar todo cuanto encuentran a su paso.

Cada vez me indigna más todo, porque todo acaba siendo parte de lo mismo.

Nota: Mucho y muy bueno se puede decir también de los actos de revuelta popular. A todos aquellos que se manifiestan pacífica y democráticamente en pos de sus ideales, mi ánimo para seguir adelante.

17:03 | Zemanski |

lunes, marzo 24  

Daños colaterales

colateralEstados Unidos está utilizando armamento prohibido en Iraq, una vez más. Se trata, en este caso, de bombas de fragmentación, cuyo objeto primordial es, simple y llanamente, la mutilación de cuerpos humanos. No se trata de matar, sino de causar el mayor daño posible. Los hospitales se llenan de cuerpos destrozados, no de muertos. He visto fotos de niños completamente desmembrados e irreconocibles, en eso que la administración norteamericana da en llamar, eufemísticamente, daños colaterales.

Siempre lo ha hecho, esto no es nuevo. En su invasión a Granada se experimentó con armas láser, y muchos cuerpos de sus enemigos aparecieron calcinados. Ha utilizado armas químicas en numerosos conflictos, sobre todo en Vietnam y posteriores (Agente Naranja, Napalm...) y es el único país que ha utilizado armas nucleares para devastar poblaciones civiles sin el menor pudor, durante la 2ª Guerra Mundial. Eso sí, luego tildan a sus enemigos de traidores por emplear el efecto sorpresa en Pearl Harbor, por ejemplo. La maquinaria propagandística tiene esas cosas, reinventa la Historia al antojo de quien más poder ostenta.

Lo más lamentable de todo es que aún tenga Bush la indecencia de regresar de su cómodo retiro de fin de semana y pedir respeto a la Convención de Ginebra. O que Rumsfeld se jacte con esa sonrisa de serpiente aviesa de sus logros militares y de la precisión de sus misiles, como en el 91, esa misma precisión que ya ha costado la vida a 100 civiles al menos.

Mientras tanto, desde el corazón de una sociedad anquilosada en los valores morales más retrógrados, se queman discos de "antipatriotas" y se les cambia el nombre a productos franceses por otros más pomposos referidos a esa libertad que nunca han tenido y siempre han defendido con absurda vehemencia.

¿Nadie es capaz de asociar sin rubor estos actos y atrocidades con los que se practicaban en Alemania durante el nazismo?

13:29 | Zemanski |

jueves, marzo 20  

Grandes organizaciones

ONU¿De qué sirven las grandes organizaciones mundiales, esas que rigen nuestros destinos, si a la hora de la verdad están tan burocratizadas y movidas por intereses políticos y económicos que son incapaces de actuar de inmediato? Los casos de la CEE y la ONU son especialmente flagrantes y dolosos, por cercanía el primero e importancia global el segundo.

En el conflicto de los Balcanes, la CEE y la ONU tardaron tanto en intervenir, que cuando quisieron hacerlo era demasiado tarde. Milosevic y compañía había hecho y deshecho a su antojo, habían masacrado a población civil inocente y habían cometido un auténtico genocidio. Nuestros representantes miraban hacia otro lado. En el caso de la Somalia, tres cuartos de lo mismo, porque además a nadie interesaba un trozo de tierra sin valor. Afganistán, Chechenia, Palestina, Sáhara Occidental...

¿De qué sirven esos órganos de poder, sino para dilapidar fortunas en cenas, reuniones, coches oficiales, complejos monstruosos de hormigón y arquitectura gélida (daros una vuelta por Bruselas) y, sobre todo, una ingente cantidad de burocracia?

La ONU está ahora mismo en el punto de mira tras la iniciativa tomada por Bush y compañía y al margen del concierto internacional. ¿Se van a instaurar agrupaciones de países movidas por intereses económicos comunes? Francamente, el panorama se asoma desolador. ¿Qué puede ocurrir sin un mínimo concierto internacional? Sin embargo, tenía que acabar ocurriendo tarde o temprano.

18:29 | Zemanski |

martes, marzo 11  

Periodismo intelectual

Figo¿Cuándo dirán los periodistas deportivos Milán en lugar de Milan? ¿Cuándo dejarán de castigar nuestros oídos con entrenos? ¿Por qué mister y no entrenador? ¿Es necesario para los periodistas deportivos actuales recurrir a la estupidez como una forma de diferenciación personal, de estar más en la "onda", con todas estas "aportaciones culturales"?

¿Cuándo dejarán de preguntar a los futbolistas, grandes pensadores contemporáneos donde los haya, preguntas para retrasados mentales? "Habéis perdido... ¿mal, no?" ¿Las llevan preparadas desde la redacción? Las respuestas son perfectas continuaciones al nivel de intelecto de las preguntas: "Sí, bueno... el furgol es asín, tiene estas cosas de perder y eso... pero-bueno-pues... lo importante es el equipo... ¿no?".

¿Cuándo dejarán esos periodistas de endiosar a cuatro niñatos malcriados con adulaciones gratuitas y risas exageradas que rayan en el servilismo más absurdo? ¿Serán esos los modelos de nuestros hijos? ¿Lo serán las modelos anoréxicas y sus sueños de un mundo mejor sin niños flaquitos? ¿La capacidad de discernimiento de Bustamante, quizá...?

19:25 | Zemanski |

viernes, febrero 25  

Carpe Diem

TiempoDijo el maestro Cioran algo parecido a esto: mi misión es matar el tiempo, y la de este matarme a su vez. Se está bien entre asesinos.

Si hay una certidumbre en nuestra limitada comprensión de la existencia, es la del inexorable paso del tiempo y su voracidad irreversible. Suele decirse que el tiempo nos mata, y con razón; es un axioma. Lo que no parece tan acertado es la frase matar el tiempo, claramente pretenciosa y absolutamente quimérica. El tiempo nos domina por completo, nuestros días están contados sin remisión así que, humano, echa un vistazo alrededor, y... Carpe Diem.

16:22 | Zemanski |

viernes, febrero 7  

Politiqueo
paz

Vuelvo a vuestras pantallas para plantearos una nueva reflexión, esta vez acerca de los actos reivindicativos de un grupo de artistas relacionados con el mundo del cine durante la entrega de los premios Goya.

Se pueden decir cosas positivas y negativas al respecto. Creo que es necesario poner sobre la mesa ambas vertientes para un análisis más justo. Por un lado, cabe decir que el mundo cultural debería tener un poder y una presencia, e incluso un papel de decisión en nuestra sociedad que, lamentablemente, en nuestro país no tiene. Por eso se agradece que de vez en cuando alguien nos espabile, cosa que, dicho sea de paso, fue siempre una seña cultural europea en los siglos pasados, sobre todo en la Ilustración, en Francia, después de su famosa Revolución. Como en España no ha habido revolución alguna como Dios manda desde hace tiempo, como cita Umbral en un artículo suyo, nos dedicamos al politiqueo barato, a confundir los genéricos con ridículos despliegues de exquisitez intelectual tipo "los hijos e hijas de nuestros ciudadanos y ciudadanas". Todo es político, todo se cuida al máximo para que no despierte la crítica y sea correcto, para evitar el análisis y el diálogo, indispensables en cualquier sociedad que se pretenda civilizada y democrática.

Al margen no se queda el narcotismo general impuesto desde el poder y los grupos de comunicación, cada uno con lo suyo. Para unos no pasa nada, o eso se transmite; son invenciones de gente miserable e hipócrita cuyo único objeto es alcanzar el poder a cualquier costa. Sí, bueno, posiblemente también es cierto, pero de virtud vamos a hablar... unos y otros. Por otro lado están los defensores a ultranza de las libertades y el libre mercado, como Polanco y compañía, amigos inseparables de nuestro ex presidente "de izquierdas", hasta que prueban las mieles del dinero y el poder y les instalan a un pobre o a un inmigrante en su jacuzzi. Entonces resultan ser los más fachas y totalitaristas y, lo que es peor, disfrazados con pieles de oveja. Os invito a seguir 10 minutos las noticias del Guiñol o el lamentable programa ese de "Pecado Original", que es todo un mitín continuo anti-PP, a degüello, con una virulencia sensacionalista que da arcadas. Imparcialidad ante todo, sí señor. Antena 3 a lo suyo; la primera es otro mitin, pero bueno, también lo fue con González, no ha cambiado tanto la cosa, así que ya no nos espanta. Aún recuerdo aquel España-Dinamarca...

En referencia directa a lo de los Goya, me falta plasmar la parte que no me parece bien. La televisión pública es de todos, supuestamente. Además, la paz no es patrimonio exclusivo de la izquierda ramplona que asola este país desde hace tiempo. La paz es un símbolo de todos, también de gentes de centro y de derecha, gente que simplemente tenga cierto sentido común y un mínimo de ética, así que no me parece de recibo que los cuatro de siempre (que ya está bien con ellos, creo que les hemos soportado bastante durante años) se apunten a la solidaridad interesada y partidista y aprovechen para ello cualquier excusa. El propio Berlanga, activo militante de izquierdas dijo ayer que no necesita ponerse camisetas para demostrar que está en contra de la guerra. Lo de los Goya fue un esperpento bananero de principio a fin (más de lo que suele ser todos los años).

Es como lo del Prestige. A mí no me hizo ninguna gracia, pero era como para ir a una manifestación... Imposible, todas politizadas por los de siempre: banderas de CCOO, UGT, BNG, la Asociación de nosequé capullos, banderas de la URSS, de la República, del Ché, de Castro (¿?) Parece que sólo a ellos les fastidió, fíjate, otro problema patrimonio de una única facción. Nada más lejos de la realidad social de aquella catástrofe, pero todo se aprovecha.

Las manifestaciones de estudiantes y juveniles son en general lo mismo, aunque muchos no tengan más de 14 años y no tengan ni puta idea de las barbaridades que hizo Stalin, qué hizo el Ché por su pueblo o lo es aún hoy en día Castro, porque da igual, es la moda. Es más cool parecer revolucionario, aunque sea sin saber por qué. Estaría bien que fuera con argumentos, para remover un poco los cimientos de esta sociedad de falsedades, que falta hace; pero no, nuestra juventud se agarra a los símbolos más decrépitos e inútiles del pasado. Sí señor, todo un avance. Son la salvaguarda de las generaciones venideras, está claro.

Para terminar, reseñar que estoy cansado de que los artistas tengan que ser de izquierdas por narices. Es cierto que suelen serlo, y además hay cierta lógica en ello, pues el movimiento libertario suele llevar parejo la ruptura con los estamentos de lo establecido, de las formas anquilosadas (no hay que olvidar que la creatividad es, entre otras cosas, un profundo ansia de libertad), pero también hay que ser suficientemente abierto como para darse cuenta de que el arte no es patrimonio exclusivo de la izquierda, ni todos los demás son los fachas, los reaccionarios. Cuidado, seamos más respetuosos, porque al final, el disfraz puede acabar siendo la propia piel como te descuides. Y ocurre, vaya si ocurre.

18:05 | Zemanski |

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Colaboradores:
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