Eduardo Galeano es un tipo que escribe cosas muy interesantes. Escribió, por ejemplo, un artículo impresionante en el semanario uruguayo Brecha el día de Nochebuena del año pasado. Me gustó tanto que pensé en compartirlo con vosotros. A ver que os parecen algunos de los extractos:
" Tiempos del miedo. Vive el mundo en estado de terror, y el terror se disfraza: dice ser obra de Saddam Hussein, un actor ya cansado de tanto trabajar de enemigo, o de Osama bin Laden, asustador profesional.
Pero el verdadero autor del pánico planetario se llama Mercado. (...) Es un todopoderoso terrorista sin rostro, que está en todas partes, como Dios, y cree ser, como Dios, eterno. Sus numerosos intérpretes anuncian: "El Mercado está nervioso", y advierten: "No hay que irritar al Mercado".
Su frondoso prontuario criminal lo hace temible. Se ha pasado la vida robando comida, asesinando empleos, secuestrando países y fabricando guerras. Para vender sus guerras, el Mercado siembra miedo. Y el miedo crea clima. La televisión se ocupa de que las torres de Nueva York vuelvan a derrumbarse todos los días. ¿Qué quedó del pánico al ántrax? No solo una investigación oficial, que poco o nada averiguó sobre aquellas cartas mortales: también quedó un espectacular aumento del presupuesto militar de Estados Unidos. Y la millonada que ese país destina a la industria de la muerte no es moco de pavo. Apenas un mes y medio de esos gastos bastaría para acabar con la miseria en el mundo, si no mienten los numeritos de las Naciones Unidas.
Cada vez que el Mercado da la orden, la luz roja de la alarma parpadea en el peligrosímetro, la máquina que convierte toda sospecha en evidencia. Las guerras preventivas matan por las dudas, no por las pruebas. Ahora le toca a Iraq. Otra vez ese castigado país ha sido condenado. Los muertos sabrán comprender: Iraq contiene la segunda reserva mundial de petróleo, que es justo lo que el Mercado anda precisando para asegurar combustible al despilfarro de la sociedad de consumo. "
Como veis, se despacha a gusto. Me parecen especialmente interesantes los apartados del ántrax y lo de matar por las dudas, no las pruebas. ¿Se puede saber a qué han ido los inspectores de la ONU a Iraq, si después de 125 inspecciones en profundidad no han encontrado nada y aun así EEUU ha venido desplegando sus fuerzas por medio mundo sin esperar a los resultados de sus calumnias? Sin embargo, la retahila de hirientes verdades no ha hecho más que empezar. Le toca el turno a las armas y su monopolización en manos de unos pocos demagogos, sobre todo en las de los defensores de la Justicia Infinita y la Libertad Duradera. " Espejo, espejito: ¿quién es el más temido? Las potencias imperiales monopolizan, por derecho natural, las armas de destrucción masiva.
(...) Un puñado de países monopoliza los arsenales biológicos. Hace un par de décadas, Estados Unidos permitió que Saddam Hussein lanzara bombas de epidemias contra los kurdos, cuando él era un mimado de Occidente y los kurdos tenían mala prensa, pero esas armas bacteriológicas habían sido hechas con cepas compradas a una empresa de Rockville, en Maryland.
En materia militar, como en todo lo demás, el Mercado predica la libertad, pero la competencia no le gusta ni un poquito. La oferta se concentra en manos de pocos, en nombre de la seguridad universal. Saddam Hussein mete mucho miedo. Tiembla el mundo. Tremenda amenaza: Iraq podría volver a usar armas bacteriológicas y, mucho más grave todavía, alguna vez podría llegar a tener armas nucleares. La humanidad no puede permitir ese peligro, proclama el peligroso presidente del único país que ha usado armas nucleares para asesinar población civil. ¿Habrá sido Iraq quien exterminó a los viejos, mujeres y niños de Hiroshima y Nagasaki?"
Impresionante la última frase. ¿Es que nadie se da cuenta de todo esto? ¿Es que hay tanto respeto a EEUU que ni siquiera el supuesto competidor todopoderoso europeo se atreve a decir ni pio? Qué repugnante es la diplomacia entendida desde el punto de vista de lo políticamente conveniente. Vamos ahora con el panorama para el futuro que plantea el autor.
"(...) gente que no sabe si mañana perderá el empleo, o si será obligada a trabajar el doble a cambio de la mitad, o si su jubilación será devorada por los lobos de la Bolsa o por los ratones de la inflación; ciudadanos que no saben si mañana serán asaltados a la vuelta de la esquina, o si les desvalijarán la casa, o si algún desesperado les meterá un cuchillo en la barriga; campesinos que no saben si mañana tendrán tierra que trabajar y pescadores que no saben si encontrarán ríos o mares no envenenados todavía; personas y países que no saben cómo harán mañana para pagar sus deudas multiplicadas por la usura. ¿Serán obras de Al Qaida estos terrores cotidianos?
La economía comete atentados que no salen en los diarios: cada minuto mata de hambre a 12 niños. En la organización terrorista del mundo, que el poder militar custodia, hay mil millones de hambrientos crónicos y 600 millones de gordos.
(...) En Argentina, un concurso de televisión ofrece, cada día, el premio más codiciado: un empleo. Las colas son larguísimas. El programa elige los candidatos, y el público vota. Consigue trabajo el que más lágrimas derrama y más lágrimas arranca. Sony Pictures está vendiendo la exitosa fórmula en todo el mundo.
¿Qué empleo? El que venga. ¿Por cuánto? Por lo que sea y como sea. La desesperación de los que buscan trabajo, y la angustia de los que temen perderlo, obligan a aceptar lo inaceptable. En todo el mundo se impone "el modelo Wal-Mart". La empresa número uno de Estados Unidos prohíbe los sindicatos y estira los horarios sin pagar horas extras. El Mercado exporta su lucrativo ejemplo. Cuanto más dolidos están los países, más fácil resulta convertir el derecho laboral en papel mojado.
(...) Costos bajísimos, ganancias mil, controles cero: un barco petrolero se parte por la mitad y la mortífera marea negra ataca las costas de Galicia y más allá. El negocio más rentable del mundo genera fortunas y desastres "naturales". "
¿Qué os parece lo de la Sony Pictures con la comercialización del programa argentino? Lo de la televisión que vemos merece un artículo profundo aparte.
Uno lee estas cosas y se acuesta con ganas de hacer caso a Groucho cuando con su sorna habitual decía aquello de "paren el mundo, que yo me bajo". En fin... desolador.
Esmiz y yo tenemos conversaciones muy interesantes a menudo, sobre temas muy diversos, incluso a veces desde puntos de vista encontrados, lo cual las enriquece si cabe aun más. Considero que ambos somos personas tolerantes y amigas del dialogo, así que con frecuencia alcanzamos resultados muy positivos con nuestras inquietas divagaciones. Quizá si los políticos optaran por esta vía en lugar de la denuncia demagógica gratuita a su vecino viviríamos todos un poco mejor. Hoy, por ejemplo, he escuchado al "super-opositor" nacional, el Sr. Zapatero, decir que el gobierno había estado practicando una política del "quinto pino" que resumía del siguiente modo: en mandar el Prestige al quinto pino, mandar la política social al quinto pino, no se cuántos del Congreso al quinto pino... En resumen, una oposición tan infantil como poco constructiva. En esas estamos.
Pues bien, el otro día leí un artículo acerca de un tema ante el que Esmiz muestra especial predilección, los efectos de la globalización. Lo firma Emma Bonino. No es santo de mi devoción en algunas cosas, pero en otras le reconozco el mérito que merece. Reproduzco aquí algunos de los pasajes de su artículo del 26 de diciembre en El Mundo, para que mi colega añada estas reflexiones a su siempre reconfortante conversación.
"Esta reflexión va dirigida a los militantes del movimiento contra la globalización. (...) ¿Cómo se explica que personas como yo, que siempre han considerado un deber la lucha contra la pobreza y las injusticias, se sientan tan ajenas en relación con al movimiento antiglobalización hasta el punto de considerar que el mundo, para ser más vivible, tiene la necesidad, no de luchar contra la globalización como proponen ustedes, sino de acelerarla o extenderla?
Ustedes tienen razón cuando denuncian que en nuestra época se están agravando las desigualdades sociales y económicas. Pero me parece igualmente innegable el progreso en términos macroeconómicos que está aportando el embate globalizador contemporáneo al producir riqueza y sacar de la pobreza a enteras regiones del planeta. Es verdad que perviven grandes islas de exclusión, ¿pero es posible que alguien piense realmente que produciendo menos riqueza puede resultar más fácil el combate contra la pobreza?
(...) Me asombra que jamás hayan mencionado un fenómeno que me parece escandalosamente ejemplar: el hecho de que, mientras centenares de millones de seres humanos sólo disponen de un dólar por día para sobrevivir, cada bovino que nace entre Finlandia y el sur de Italia tiene derecho a un dólar diario de subsidio por parte de la Unión Europea. Creo que no hay un argumento más convincente que este para denunciar la hipocresía y la miopía de los dirigentes europeos (y de los estadounidenses) para afrontar la globalización, predicando su expansión a la vez que obstruyen su dinámica natural con su proteccionismo, no sólo agrícola.
(...) Nacido y crecido en el Norte del mundo, el movimiento antiglobalización se atribuye la representación de todos los desposeídos y asegura que defiende sus intereses. ¿Cómo justifican entonces que en la vanguardia de vuestros desfiles marchen personajes como José Bové, paladín del proteccionismo agro-alimentario francés y europeo? ¿Qué hacen allí los católicos que profesan la "teología de la liberación" y sin embargo son fieles a una iglesia que (como el islamismo) bendice la explosión demográfica y a pesar de la pandemia del SIDA sigue prohibiendo el empleo de preservativos y toda forma de educación sexual? ¿Qué hacen allí los "integristas del ambiente" que tratan de impedir la investigación científica sobre los organismos genéticamente modificados y negar a los países amenazados por carestías la libre elección entre el riesgo de consumir estos productos o morir de hambre? ¿Qué hacen allí los exponentes de la izquierda post-comunista que reclaman una ayuda extraordinaria en favor de los países más pobres y la cancelación de la deuda externa, pero ni parpadean cuando los líderes de esos países arrastran a sus respectivos pueblos a guerras de agresión devastadoras como las de Ruanda, Uganda, Etiopía y Eritrea?
El movimiento antiglobalización exige una cuantiosa e inmediata transferencia de recursos hacia el Sur pero no parece advertir una realidad que hipoteca el futuro de la ayuda para el desarrollo: el sustancial fracaso de cuatro décadas de políticas de desarrollo que han sido hasta ahora incapaces de rescatar un sólo país del subdesarrollo."
He estado pensando en lo extraña que es la conducta humana, concretamente en lo que se refiere a cómo, a través de los siglos, hemos ido variando nuestras pautas de comportamiento y desviándolas de los instintos naturales que, curiosamente, son los que supuestamente nos definen como humanos a la par que como animales. En definitiva, lo que somos. Digo que me resulta curioso porque cada vez disfrazamos más esos instintos, alejándonos de nuestra esencia innata más y más con el paso del tiempo. Por ejemplo, ¿quién decidió que debíamos reprimir nuestros eructos, si son un efecto natural corporal? ¿O por qué no podemos rascarnos los genitales si nos pican a veces? No es que defienda el hecho de eructar en público, de rascarse o de airear ventosidades por doquier. Sólo me paro a reflexionar un poco sobre ello, porque resulta interesante.
Lo de ir vestidos y no desnudos tiene quizá más lógica, pero sólo en nuestro país y otros meridionales donde hace fresquito. ¿Por qué los nativos de las zonas tropicales dejaron de ir en pelota picada por la selva? Quizá porque les impusieron un modelo desde fuera, un modelo ya viciado por las convenciones del "mundo civilizado", basado en toda una avalancha de prejuicios promovidos por los sistemas morales reaccionarios que fueron el estandarte europeo a lo largo de muchos siglos, gracias en gran parte a la Iglesia y a la difusión de su mensaje. Seguramente, esos nativos, con su instinto natural, como tantos otros animales, copulaban cuando les apetecía, de todas las maneras que se les ocurrían, jugaban libremente. Comían y dormían cuando se lo pedía el cuerpo. Después de la colonización, eso pasaron a practicarlo sólo los invasores, predicando con el ejemplo pero, eso sí, reprimiendo a los oriundos con mensajes castos y apocalípticos acerca del pecado y el infierno. Muy bonito, sí señor. Al fin y al cabo el sexo es otro instinto, y además da gustirrinín. ¿Por qué ponerle trabas a algo tan rico?. Pues bien, aún así ha estado controlado y reprimido durante siglos, más que nada porque a la Iglesia le tocaba las narices que los demás lo practicaran y ellos no pudieran... supuestamente, claro.
Hoy en día somos esclavos del sistema para casi todo. Apenas podemos mostrar nuestros instintos más básicos socialmente. Todo son convencionalismos de lo más estricto. La verdad es que tanta atadura agobia un poco. Como con la religión y otros valores morales, poco a poco nos hemos ido dejando hacer por los efectos de numerosos factores que nos han llevado a un modelo humano pulcro, refinado y cursi que huye de todo rastro de instintos connaturales a nuestra esencia: perfumes, cremas y esencias de todo tipo... Por si fuera poco, hay que ostentar, presumir, enseñar... ¿Estaremos evolucionando realmente?
Bueno, al menos somos humanos más "fashion".
También decía no hace mucho un economista neoliberal que en momentos históricos donde la sociedad adolece de razón y prima la naturaleza del hombre, acaba triunfando la ley del más fuerte por encima de la del más listo, pero no veo yo que triunfen los instintos, y eso que estamos en un momento de total ausencia de razón.
