BIENVENIDO A LA ALVAROTEKA |
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San Lorenzo San Lorenzo......chunda chunda chunda.
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El pasado día 7 de agosoto, comenzábamos la excursión hacia tierras laurentinas con muchas ganas. Tras 9 horas de viaje y, desde Valencia, llegamos a Huesca cansados pero con mucha sed, jeje. Juanjo, Iris, Elisa, Rorro, Oscar, Aida, Cristina, Nachote, Jota y yo nos encontramos con Ana y Mario que nos esperaban impacientes alli, en la plaza del Bolinga tomándose unas birras con hamburguesa. Comenzaba aquello a hervir. El día 8 Elisa, Iris y el Rorro se piraron hacia el Pirineo y acabaron en Bergua, un grupo de casas en medio de un bosque donde se reunieron hace algunos años unos cuantos elementos dignos de mentar y que se hicieron con la conquista del pueblo en poco tiempo. Desde aquí, La Fies manda un saludo y un abrazo enorme a toda esa entrañable gente. Un poco más al sur, en la capital de la región, el resto de la excursión preparaba lo que sería el comienzo de las fiestas patronales. Todos dormimos lo suficiente como para aguantar el tirón del primer día de fiesta. Era el día 9 y a las 12 del mediodía se lanza el chupinazo o 'cohete anunciador' en el que nos vimos todos envueltos y bañados en vino, cerveza, y cualquier líquido arrojable. Gracias a la labor incomensurable de los bomberos de allí, pudimos ducharnos en la misma plaza del ayuntamiento, donde grandes cantidades de gente pedía agua y los bomberos se la facilitaban con sus mangueeeeraaaas. Todos mojados, borrachos y medio-desnudos nos dirigimos entonces a todas las barras de todos los bares de toda la ciudad para pedir cerveza y kalimotxo en cantidades ingentes. Así transcurrrió el primer día de fiesta. Todos resacosos nos dirigiamos a la piscina de Loporzano, que siempre nos ha acogido con los brazos abiertos y donde podemos descansar, asearnos y quitarnos las zurraspas sin esfuerzo, ya que el agua de la piscina ayuda a reblandecerlas.
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Día tras día, las fuerzas iban menguando y, por eso, decidimos hacer un pequeño paréntesis y acercarnos al Pirineo, en donde se encontraban las chicas y el Rorro. Así acabamos en Bergua, donde nos quedamos una noche y donde pudimos observar la belleza del Pirineo nocturno. Al día siguiente (hablamos ya del día 12) volvíamos a Huesca ciudad un menor grupo de personas, ya que Ana y Mario decidieron pasar el resto de la excursión en una casita rural de Oto y el Juanjo decidió que su hígado no aguantaría mucho más de fiesta y se quedó en Bergua con Iris y Elisa. El Jota, había quedado en un pueblo de Guadalajara con el Muñoz, así que también nos abandonó en la misión de conquistar Huesca. Por lo tanto, quedábamos Aida, Oscar, Cristina, Nachote y yo, quienes cogimos los vehículos y carretera pa Huesca. Dos noches más de alcohol y desenfreno. Desde aquí un abrazo y un saludo muy muy especial a Javier, dueño del Racho-Chico, sede del Rock'nRoll en Huesca.
Y llegaron Esmiz, Maite, Tol y Patri para cubrir las bajas. Esa misma noche y como todas las ediciones de estas fiestas, Esmiz se encargó de ponernoslo un poco más difícil y le rompió a su coche el cárter, con lo que un largo reguero de aceite marcó nuestro campamento base el resto de la fiesta. Luego la grúa, y más dificultades que me dispongo a explicar para el disfrute del lector: - Tome usted las llaves del coche, dijo Esmiz al gruísta. Pero resulta que en vez de darle las llaves de su coche le dio las del mio, con lo que nos tocó salir velozmente en persecución de la grua con el coche encima. Llegamos, cambiamos llaves y otra vez camino del campamento base. Al final, todos borrachos y unidos por una misma empresa, conquistamos Huesca una vez más y con la promesa de volver año tras año, nos dirigimos a casa para descansar y reponer las neuronas que perdimos en la batalla. Por cierto, a modo de recompensa y por la labor que La Fies ha realizado en estas fechas, los oscenses nos han dejado un recuerdo inolvidable, ya que nuestro máximo exponente y verdadero espíritu ocupó la atención de los lugareños al salir en el periódico local en primera plana.
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